MUNDO AERONAUTICO EWM
 

EL ENIGMA DE LA DESAPARICION DE AMELIA EARHART

Lockeed Electra

A los mandos de su Lockheed Electra, Amelia Earhart sobrevuela la bahía de San Francisco, al salir de Oakland, California. Así inicia (1937) el primero de sus dos intentos de dar la vuelta al mundo.

En la quietud del amanecer del 1 de junio de 1937, Amelia Earhart y Fred Noonan subían al electra en el aeropuerto municipal de Miami. George Putnam les decía adiós y contemplaba el avión rodar por la pista de despegue, acelerar y elevarse un cielo sin nubes, rumbo a Puerto Rico.

Cuando AE llego allí, hablo por teléfono con Putnam, y este escribió entonces a Paul Mantz, que no había podido participar en la preparación final del vuelo. Preocupado al saber que el viaje se iniciaba antes de lo previsto por el.

AE había dejado la antena de comunicación en Miami, al abandonar 75 metros de antena, los viajeros habían reducido en gran medida la eficacia de una ayuda de navegación de enorme importancia, que había sido especialmente útil en mitad del Pacífico. Pero la primera parte del vuelo alrededor del mundo se desarrollo sin problemas.

AE y Noonan volaron desde Puerto Rico en etapas difíciles por la costa sudamericana hasta llegar a Brasil. Salieron de Natal la mañana del 7 de julio, y mientras atravesaban el océano Amelia anotaba sus impresiones para enviarlas desde cada escala a Putnam y al Herald Tribune.

Una vez en Dakar, en la costa occidental de África, los dos expedicionarios siguieron un viaje monótono a través del continente y sobre el golfo de Adén hasta Arabia AE anoto en el camino "cruzamos territorios áridos hasta lo indecible, una tierra de nadie de eterna miseria".

Así siguieron el viaje hasta recorrer 35000 kilometros,Noonan y AE empezaron a notar el cansancio. Sin embargo, les faltaba las partes mas largas y arriesgadas del viaje: 4100 kilómetros de Lae a Howland, 3000 de Howland a Hawai y 3800 de Hawai a Oakland, final del viaje.

El Electra se había portado maravillosamente. Durante el duro viaje había presentado algunos problemas mecánicos sin importancia, nada fuera de lo normal en un aparato tan castigado. Sin embargo, tenían problemas con los cronómetros. Para poder efectuar lecturas de navegación correctas, necesitaba que estuvieran ajustados con precisión, pero ni la radio del Electra ni los sensibles receptores del aeropuerto de Lae conseguían sintonizar las señales horarias emitidas por la Marina norteamericana y la oficina de Normas.

Indicadores

En el interior del Electra de Amelia Earhart, el navegante, Paul Manning, practica la toma de marcaciones astronómicas a través del visor de un aparato llamado Pelorus, y bajo la mirada atenta de AE. Los indicadores que se ven detrás de ella señalan la altitud, la temperatura y la velocidad del aire.

Una complicación "Howland es un punto muy pequeño en medio del Pacifico y debemos contar con todas las ayudas posibles para localizarlo", observo AE en sus notas que enviaba a Putnam. En Nueva Guinea era el 2 de julio y en Howland seguía siendo 1, pues estaba de por medio la línea horaria internacional. Piloto y navegante subieron al Electra en la pista de Lae. Habían aligerado el avión de todo lo que no fuera absolutamente esencial para el vuelo, incluyendo sus objetos personales, y cargaron los depósitos con unos 4300 litros de gasolina, en teoría suficiente para efectuar un recorrido de 6400 kilómetros, pero si soplaba el mas mínimo de viento de proa reduciría esa autonomía.

A las 10 en punto de la mañana, el Electra devoro los 1000 metros de pista y se elevo a solo 50 metros del final, junto a un acantilado sobre el mar. Luego, ascendió serenamente a una altitud de 2500 metros.La hora de llegada estimada eran las 6 30 de la mañana siguiente, hora de Howland, es decir, tras unas 18 horas en el aire.

Al notificarse el despegue del Electra desde Lae, el comandante Warner K. Thompson y la tripulación del Itasca, iniciaron su vigilia junto a la isla de Howland. Un grupo de radiotelegrafista tenia asignado el manejo del gonio de baja frecuencia que debía sintonizarse en la banda de 500 kilociclos. El gonio de alta frecuencia pedido por Mantz estaba instalado en la isla, donde el radiotelegrafista Frnk Cipriani trataría de localizar las señales de Amelia Earhart transmitida en la frecuencia normales.

El era que Amelia Earhart transmitiese su indicativo y la información de vuelo pertinente dos veces, a las cuartos y menos cuartos. A su vez, el Itasca llamaría al Electra por radio a las horas y a las medias, dándole información meteorológicas y señales de rumbos de arribada, y repetiría la letra A en Morse como referencia.

A las 5.20 horas de la tarde, hora de Nueva Guinea, Amelia informo a Lae que había pasado las islas Salomón y seguía rumbo. La meteorología indicaba que probablemente tenia fuertes vientos de proa, pero ella no menciono difultades. Durante la noche nada se supo del avión, pero a las 2.45 horas de Howland, llego su voz medio de fuertes interferencias que la ahogaban "KHAQQ....nublado...tiempo nublado" se oyó decir. Y eso fue todo.

El Itasca inicio la transmisión prevista, y a las 3.45 de la madrugada volvieron a oírla. Esta vez la señal se recibió algo mas fuerte, y la aviadora confirmo al guardacostas que podrían sintonizarla en la frecuencia acordada. Una hora después, el Itasca recibió otro mensaje del Electra, pero ahogado por las interferencias. A las 6.15 de la mañana, solo 15 minutos antes de la hora estimada por Noonan para llegar a Howland, AE llamo y solicito tranquilidad y una marcación.

El Itasca solicito una transmisión mas larga, preferentemente en la longitud de onda de emergencia 500 kilociclos. No obtuvo respuesta. Llego la hora prevista para la aparición del Electra sobre Howland, paso y seguían sin respuesta cada vez mas urgente del Itasca. Pero a las 6.45 horas se oyó la voz de Amelia fuerte y clara "Por favor, dennos una marcación e informen dentro de media hora. Hare ruido con el micrófono. Estamos a unas 100 millas, su señal fue muy leve para ubicarla.

A las 7.42, la voz de Amelia llego con pleno volumen y absoluta claridad "KHAQQ llamando al Itasca debemos estar sobre ustedes, pero no podemos verlos, la gasolina se acaba. No he podido comunicar por radio, volamos a unos 300 metros". El Electra debía ser visible ya desde el puente, pero no había rastro de el ni llego respuesta a la confirmación del Itasca.

A las 7.58 la oyeron de nuevo "KHAQQ llamando al Itasca. Estamos dando vueltas, pero no vemos la isla ni podemos oírles". Se la oía mas fuerte que antes, pero su voz, generalmente fría y casi monótona al emitir, sonaba aguda y tensa. Los hombres del guardacostas trataban desesperadamente de ayudarla, de darle la marcación pero algo fallaba, la comunicación.

El telegrafista emitió una serie febril de señales de localización con puntos y rayas. De pronto, se la oyó responder directamente por primera vez "Recibimos su señales". Explico a continuación que no conseguía tomar rumbos de acercamiento, y concluyo: "Por favor, tomen nuestra posición y contesten en 3105 kilociclos.

El Itasca respondió que no podía emitir en 3105 kilociclos y pedio que emplease la frecuencia de emergencia. Entonces desapareció la señal del Electra. El Itasca siguió emitiendo y rogando contestación. El Electra llevaba dos horas de retraso y en la cabina de radio se estaba creando una tensión casi insoportable. Y entonces a las 8.45 horas, la voz se dejo de escuchar de nuevo para dar un críptico informe de posición "Estamos en el radial 157-137" El tono era casi frenético. "Estamos volando de norte a sur". Aclaro.

Luego, nada mas que silencio. El Itasca siguió llamando a KHAQQ, con la voz y Morse, pidiéndole que informasen, aunque era probable que ya hubiera desaparecido.

Conclusiones

Amelia Earhart

Después de que Amelia Earhart desapareciera en el Pacifico, los titulares anunciaron que su SOS había sido escuchado por dos radioaficionados de los Angeles. Esta noticia desencadeno una lluvia de informes similares procedentes de todo el territorio de los Estados Unidos. En la foto Amelia, explica lo diminuta que se ve la isla de Howland en el mapa.

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