Entre los recuerdos más vivos de los primeros días del correo aéreo están los sellos vinculados a muchos de los logros estelares del correo aéreo, y también a algunos momentos no tan magníficos.

El sello norteamericano más valioso, el llamado Jenny invertido, fue producto de un error de impresión. Con las prisas del Departamento de Correos por emitir un sello conmemorativo antes del primer vuelo del Servicio de Correo Aéreo de Estados Unidos el 15 de mayo de 1918, un impresor agobiado de trabajo tomó un montón de láminas de sellos parcialmente impresas y, sin fijarse, las metió en la máquina. Varios cientos de sellos de 24 centavos salieron impresos con una reproducción perfecta del primer Curtiss Jenny que voló con el correo, salvo por el detalle de que el avión estaba volando cabeza abajo. Los avergonzados funcionarios de la Administración de Correos se las arreglaron para encontrar y destruir todas las láminas excepto una, que la había comprado un ávido coleccionista. Dándose cuenta de la rareza de su posesión se negó a entregarla y, en vez de desprenderse de ella a cambio de nada, la vendió por 15.000 dólares.